Cueva de San Marcos

Se encuentra en el barrio de San Marcos, en el litoral Icodense. Es conocida desde muy antiguo como “Cueva de los Guanches”, ya que sus entradas fueron muy utilizadas como zona de enterramiento.
En su inicio presenta una amplia bóveda y más adelante se encuentra un jameo que se utilizaba como segunda entrada, a partir de este jameo la cueva es un poco más húmeda, y contiene grandes acumulaciones de sedimentos que han generado en el techo estalactitas de lava. Seguidamente se bifurca, teniendo cada ramificación diversas conexiones con tubos volcánicos de menores proporciones.
El tubo volcánico de la cueva san marcos origen geológico de la cavidad y estudio de su biocenosis
Se discuten las distintas teorías sobre la génesis de la Cueva de San Marcos (Tenerife, Islas Canarias) y se realiza un estudio tantos de los factores abióticos como de las comunidades animales que alberga. Estas han resuelto ser particularmente pobres en comparación con otras cuevas de la comarca, estando relacionado posiblemente con la contaminación de las aguas que penetran en la cueva.
Introducción:
Desde el punto de vista espeleológico, la zona mejor conocida de la Isla de Tenerife es el pueblo norteño de Icod de los Vinos y sus alrededores. Aquí se encuentra uno de los complejos vulcaespeleológicos mayores del mundo, y fue en una de sus cuevas donde hacia 1968 se descubrió el primer trogoblio terrestre del archipiéalago, el recién descrito Loboptera subterránea. Este tuvo volcánico está inmerso en las mismas coladas que dieron lugar a las cuevas del Viento, Felipe, Reventón y sobrado, a muy pocos kilómetros.
La Cueva de San Marcos cuenta con dos bocas: una inferior que se abre en el acantilado de la Playa de San marcos, a unos 200 metros por debajo del camino de las Barandas, y otra superior a unos 200 metros más al sur que se abre en medio de unas plataneras, de hecho todo el tubo volcánico transcurre bajo dicha plantación.
Antiguamente los habitantes del lugar la conocían como Cueva de los Guanches, ya que los aborígenes canarios utilizaban las entradas para sus enterramientos. La referencia más antigua que tenemos de esta cueva corresponde al 14 de noviembre de 1976 cuando fue visitada por Don José de Bethencourt de Castro y Molina, Don José de Monteverde y Molina y D. Cristóbal Afonso, quienes se adentraron en la misma con la intención de seguir hasta la cumbre del Teide, donde pensaban que desembocaba. Más recientemente en el siglo actual, la cueva era mejor conocida, siendo incluso recomendada como una venturosa excursión para los turistas ingleses que visitaban la isla. Sin embargo, no es hasta la década de 1970 cuando se publican las primeras descripciones del tubo volcánico en su totalidad, por Halliday (que la visitó en 1971), y varios espeleólogos del Shepton Mallet Caving Club, que estuvieron en esta Isla en 1973 y 1974, (WOOD&MILL, 1977), sin embargo la cueva ya se había recorrido en su totalidad desde varios años antes, pues tenemos referencias de algunos espeleólogos locales que a finales de la década de 1960 y la conocían perfectamente, (M.ROSALES.
La primera topografía de la cueva fue hecha por la expedición inglesa de 1974 (WOOD, op. Cit.) pero ya desde 1976 se tenía un somero croquis de galerías principales. En 1976 se realizó una expedición topográfica por parte del equipo de Recerques Espeleológiques del Centre Excursionista de Cataluña (MONTSERRAT I NEBOT 1977).
Hasta ahora nunca se había emprendidó el estudio de su fauna, aunque a comienzos de los años 70 el geólogo canario J. Bravo encontró en dicha cueva restos de dos especies de vertebrados fósiles, la rata gigante Canariomys bravoi Cru y el lagarto Lacerta goliath Mertens. A pesar de que el yacimiento era considerablemente rico (al menos una parte de la cueva), curiosamente había pasado desapercibido para todas las expediciones que en una época u otra entraron en la gruta.