
La vegetación existente es de un alto valor paisajístico y botánico. La flora, los cultivos y el agua existente construyen una cadena que sirve de refugio y de nidificación a numerosas especies animales, entre las que destacan las aves.
La Finca Boquín es un museo al aire libre y en ella se puede advertir la importancia de las relaciones socioeconómicas e históricas con el patrimonio biológico y natural de Canarias en general y del norte de Tenerife en particular.
Localizada en el barranco de Caforiño, dentro del paisaje protegido de los Acantilados de la Culata. Con muy fáciles accesos, dada su céntrica situación, linda con el Parque del Drago y el centro histórico del municipio, en su parte inferior, y con la ladera de los acantilados de La Culata, en su parte superior. Su frondosa vegetación, de alto valor paisajístico y botánico, y, especialmente, su gran riqueza de aguas, con numerosos nacientes dispersos por la finca, son sus dos singularidades más destacadas.

La finca incluye igualmente varias casas tradicionales, tanto antiguas viviendas de los que fueron en pasadas décadas sus medianeros, quienes realizaban las tareas agrícolas de la finca, como la casa señorial del antiguo propietario de la finca. Estos edificios están siendo rehabilitados con un afán divulgador y de mantenimiento al objeto de dotar al conjunto de una imagen que refleje fielmente la historia de la finca y las labores productivas que allí se realizaban.